• Tras cuatro décadas de investigación en ventilación mecánica, el profesor León Darío Jiménez ha sido galardonado por la Fundación Alejandro Ángel Escobar por el desarrollo del Simulador SAMI-SII, una innovación que replica el sistema respiratorio humano.
• Este premio reconoce la dedicación y visión del profesor Jiménez, cuya creación está revolucionando el tratamiento de pacientes en cuidados intensivos, mejorando la precisión en la ventilación pulmonar sin procedimientos invasivos.

El profesor León Darío Jiménez Posada, investigador del Grupo de Investigación en Ingeniería Biomédica (GIBEC) de la Universidad EIA, ha sido reconocido con el Premio Alejandro Ángel Escobar en la categoría de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Este galardón destaca su innovador trabajo en la creación del Simulador SAMI-SII, una herramienta que permite predecir los niveles de gases alveolares en pacientes con ventilación mecánica, brindando una esperanza a aquellos en cuidados intensivos.

Los Premios Nacionales Alejandro Ángel Escobar son considerados el más alto galardón científico que se entrega en el país, no solo por la excelencia de quienes los han recibido, sino también por el rigor de los jurados encargados de adjudicarlos. Desde su creación, estos premios han reconocido a los proyectos científicos más innovadores y con mayor impacto social en Colombia. Este año, el profesor León Darío Jiménez Posada ha sido galardona en la categoría de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, por su trabajo en el desarrollo del Simulador SAMI-SII.

Además, en reconocimiento a este logro, la Universidad EIA organizó un evento especial el 7 de octubre de 2024, en el cual se realizó un encuentro con familiares, profesores, directivos y amigos del profesor León Darío Jiménez. Durante el evento, el rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo Abondano, hizo entrega oficial del reconocimiento mediante la Resolución Rectoral 177. Este documento resaltó las calidades humanas y la destacada labor investigativa del profesor Jiménez, poniendo su trabajo como ejemplo de perseverancia y dedicación para toda la comunidad académica. La resolución también resaltó que este es el primer premio Alejandro Ángel Escobar que recibe un profesor de la Universidad EIA, constituyéndose en un hecho histórico para la institución.

El Simulador SAMI-SII, desarrollado por el profesor Jiménez y su equipo en la Universidad EIA, permite replicar el sistema respiratorio humano, lo que podría revolucionar la manera en que se maneja la ventilación mecánica en pacientes en cuidados intensivos. Este simulador permite predecir los niveles de oxígeno y dióxido de carbono (gases alveolares) en los pulmones sin necesidad de invadir el cuerpo del paciente, mejorando así la precisión de los tratamientos y brindando nuevas esperanzas de recuperación.

«Este reconocimiento no es solo mío, es el resultado de un trabajo en equipo, de personas comprometidas que han sido fundamentales en el desarrollo de este proyecto. La experiencia de perder a mi padre, quien falleció conectado a un ventilador, me impulsó a dedicar mi vida a la investigación en ventilación mecánica, buscando soluciones que mejoren las oportunidades de vida de los pacientes en cuidados intensivos», expresó el profesor Jiménez.

El Simulador SAMI-SII consta de alveolos artificiales que replican el proceso respiratorio natural y están conectados a un sistema computarizado con inteligencia artificial, lo que permite ajustar los parámetros de ventilación según las necesidades de cada paciente. Este avance ha sido el fruto de cinco años de trabajo interdisciplinario entre ingeniería biomédica y medicina, demostrando el poder transformador de la ciencia y la tecnología.

A continuación, compartimos una entrevista con el profesor Jiménez, quien nos habla sobre los orígenes del proyecto, su motivación personal y los desafíos que ha enfrentado en su carrera.

Profesor León Darío, ¿de dónde surgió la idea de crear un simulador respiratorio?

La idea surgió después de una experiencia muy personal. Mi padre falleció conectado a un ventilador mecánico en 2009. La información que nos brindaban los equipos de ese momento no era lo suficientemente precisa para ajustar la ventilación de manera óptima, y eso me marcó profundamente. A partir de esa experiencia, decidí dedicarme a la investigación de métodos que pudieran mejorar las posibilidades de supervivencia de los pacientes en cuidados intensivos.

¿Qué retos encontró durante el desarrollo del Simulador SAMI-SII?

El mayor reto fue diseñar un sistema que realmente pudiera replicar el comportamiento de los pulmones humanos. Los médicos tradicionalmente se basan en mediciones indirectas para ajustar la ventilación, pero necesitábamos una forma de medir lo que realmente ocurre dentro de los alveolos. Crear un sistema que pudiera hacer esto sin invadir el cuerpo del paciente fue nuestro mayor desafío, pero también nuestra mayor satisfacción cuando lo logramos.

¿Cómo impacta este simulador en la atención médica actual?

Este simulador tiene el potencial de cambiar la manera en que se maneja la ventilación mecánica en los hospitales. Ahora, los médicos pueden ajustar los parámetros de ventilación con mayor precisión, lo que aumenta las posibilidades de éxito en la recuperación de los pacientes y reduce los riesgos de daño pulmonar. Además, el uso de inteligencia artificial en el sistema lo hace adaptable a las condiciones específicas de cada paciente.

¿Cuál fue el papel de la Universidad EIA en el desarrollo de este proyecto?

La Universidad EIA ha sido fundamental en todo el proceso. Desde el apoyo logístico y financiero, hasta el acompañamiento de un equipo multidisciplinario, el respaldo de la universidad ha sido crucial. La EIA siempre ha tenido una visión clara sobre la importancia de la investigación para el desarrollo social, y este proyecto es un ejemplo de cómo esa filosofía se lleva a la práctica.

El profesor León Darío Jiménez Posada y su equipo en la Universidad EIA han demostrado que la ciencia y la tecnología pueden ofrecer soluciones innovadoras para mejorar la vida de las personas. El Simulador SAMI-SII no solo es una herramienta vital para la medicina, sino también un testimonio del poder transformador de la investigación. Con este premio, se reconoce no solo la trayectoria de un investigador, sino también el compromiso de la EIA con el bienestar de la sociedad.