A lo largo de esta última década, el saber programar ha dejado de ser una habilidad exclusiva de los desarrolladores de software para ser una habilidad requerido en cualquier ámbito empresarial, administrativo, educativo etc. Esto se debe ya que lenguajes de alto nivel como Python permiten introducir de manera fácil el mundo de la programación a personas externas a este.
Al ser un lenguaje de propósito general con una sintaxis clara y sencilla de entender, ha hecho que en la última década se vuelva uno de los lenguajes favoritos para solucionar problemas relacionados con analítica de datos, inteligencia artificial (aprendizaje de máquina, procesamiento de lenguaje natural, visión por computador etc.), aplicativos webs del lado del servidor, aplicativos de escritorio, microcontroladores, entre otras áreas que dependen de la computación.
Por lo tanto, la persona que aprende Python tiene la habilidad de poder dar apoyo, aportar y crear nuevas herramientas en un entorno de trabajo.