Escuelas Rurales Seguras: Transformando la educación en comunidades rurales
EL Proyecto Escuelas Rurales Seguras es una iniciativa creada entre la EIA, la Universidad de Medellín y la Universidad Nacional con el fin de atender la problemática de las instituciones educativas rurales, quienes se ven constantemente expuestas a riesgos relacionados con el estado de la infraestructura y el entorno inmediato.
La educación es un derecho fundamental y es de los motores más importantes para el desarrollo de la sociedad. Una de las mayores afectaciones para los estudiantes de las instituciones rurales, a la hora de recibir sus clases, es el estado de la infraestructura y todos los riesgos a los que se ven expuestos debido a esto.
Carlos Blandón, del área de ingeniería civil de la EIA, explica que desde el proyecto se busca poder sentar un precedente y marcar una ruta para atender las necesidades de estos establecimientos educativos sin necesidad de grandes inversiones. Pues, se encontró que por lo general el mayor impedimento para cualquier tipo de mejora a estas instituciones son los elevados presupuestos solicitados.
“Nosotros queríamos buscar alguna manera de poder reducir riesgos ante eventos naturales, sismos, deslizamientos e inundaciones. También queríamos implementar pilotos en campo de soluciones para mitigar esos riesgos, buscar alternativas que pudieran ser factibles desde el punto de vista técnico y económico, porque no hay mucho presupuesto para intervenir las escuelas del campo y hay muchos niños en el campo todavía”, explica Blandón.
En Antioquia el 86% de las sedes educativas son rurales, y alrededor de 1.000 de esos centros educativos presentan situaciones graves de infraestructura.
Con Escuelas Rurales Seguras se buscó crear una base de datos de los establecimientos educativos, dependiendo de su estado hacer una evaluación de riesgo, una propuesta de intervención y crear un plan piloto con la participación de la comunidad. En las primeras fases, se creó un aplicativo móvil para recopilar información en los centros educativos rurales de la región con el fin de que sea el mismo personal del colegio el que recopile los datos a través de una metodología de evaluación rápida del riesgo multiamenaza.
Con todos estos datos recopilados, como dice Carlos, se busca que “cuando los que administran una escuela o los interesados de una comunidad quieran hacer algún tipo de mejora en su escuela o identifiquen un riesgo, puedan hacer la mejora con un bajo presupuesto”.
En el piloto realizado, se intervino una escuela en Amagá, con una extensión de casi 200 metros, abordando tanto aspectos geotécnicos como estructurales. Se aplicaron técnicas de bioingeniería utilizando materiales asequibles para las comunidades, como guadua, madera y plantas.
La realización del piloto tenía como objetivo sentar un precedente para que los conocimientos generados durante toda la investigación sean relevantes y contribuyan a impactar y construir la comunidad, materializando las propuestas de solución.
Este proyecto continúa, y la EIA seguirá impulsando iniciativas para mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir al desarrollo de la sociedad.